Desde el año 2012 se le había indicado a Japdeva que debía reducir su personal y para ello se había creado una reserva desde la Administración Chinchilla Miranda (2010-2014). Sin embargo, Japdeva desatendió la orden y usó los recursos para la compra de grúas que se encuentran, en el mejor de los casos, subutlizadas. Ahora Japdeva le pide recursos a la Asamblea Legislativa para subsanar su mala administración, liquidar planilla y pagar nuevos privilegios a los despedidos.
¿Cuándo entenderemos de una vez por todas que la burocracia no tiene como fin el bien común sino su propio bienestar?