Según el Estado de la Educación: “Ni la vocación del educador, ni sus habilidades sociales, conocimiento y prácticas en el aula son tomados en cuenta para su selección”. En otras palabras, el criterio de selección es político.
Lo anterior no es de extrañar. Ya James Buchanan, Premio Nobel en Economía, advertía que el burócrata no busca el bien común porque el es un ser humano como cualquier otro que busca su propio interés. La única manera de mejorar la calidad de cualquier bien o servicio, incluyendo la educación, es introduciendo libre competencia. La historia harto ha demostrado que la planificación central, como el MEP, estimula el estancamiento y la pobreza.