Acabar con las convenciones colectivas no es solo un asunto de materia fiscal sino, sobre todo, de justicia social. Ninguna entidad pública podría sobrevivir con semejantes privilegios si estuvieran sometidas a la libre competencia.
El problema fiscal y el estancamiento económico no es un asunto de falta de impuestos sino de exceso de gasto público, exceso de privilegios, exceso de entidades, y exceso de personal.