¿Es la “pastilla del día después” abortiva?

Sergio VillaltaLiberalismo

Por: Sergio Villalta

Esta semana el Gobierno aprobó el uso y la venta sin receta médica de la “pastilla del día después”. La decisión ha sido controversial. Por un lado los grupos a favor del aborto en el país han celebrado la decisión.

Mientras que los grupos que defienden la vida han criticado la decisión del Ministerio de Salud.

¿Pero en verdad la llamada “pastilla del día después” viola el derecho a la vida del no nacido? Para contestar la pregunta es necesario distinguir dos cosas:

A. ¿Qué es un anticonceptivo?

Los anticonceptivos únicamente impiden la fertilización del óvulo. Es decir, imposibilitan la unión entre el óvulo y el espermatozoide. Punto.

B. ¿Que hace el levonorgestrel?

El levonorgestrel puede funcionar de tres maneras distintas a saber:

  1. Puede impedir que el espermatozoide se una con el óvulo. En este caso funciona como un anticonceptivo.
  2. Puede evitar que el óvulo salga de los ovarios. En este caso funciona también como un anticonceptivo.
  3. Puede impedir que el cigoto se adhiera al útero. Cuando sucede esta tercera posibilidad el levonorgestrel funciona como una pastilla abortiva. No como anticonceptivo.

¿Por qué se dice que el levonorgestrel (“la pastilla del día después”) tiene efectos abortivos?

Porque así lo demuestra la evidencia científica. En el exacto momento en el cual el óvulo se une con el espermatozoide se forma una célula. A esta célula se le llama cigoto.

La vida empieza en el momento de la concepción. En el momento en el cual el espermatozoide y el óvulo se unen.

En este momento la huella genética de esa célula tiene un ADN completo y diferente a la del padre o de la madre.

Esa nueva célula que se ha formado será un adulto en potencia. Siempre que se deje transcurrir el proceso natural del desarrollo de todo ser humano.

Impedir ese proceso biológico significa abortar una nueva vida. Porque ya la concepción ha tenido lugar y existe el cigoto, es decir; la primera célula de lo que será un nuevo ser humano.

El levonorgestrel se aprobó originalmente en el año 1999 en los EE.UU. En ese momento la evidencia señalaba que actuaba nada más como un anticonceptivo y que no tenía efectos abortivos.

Pero existe ya nueva evidencia científica.

Los recientes estudios hechos por los médicos, Chris Kahlenbron, Rebecca Peck y Walter B. Severs “Mechanism of Action of Levonorgestrel Emergency Contraception” (1) y el estudio de Kathleen Mary Raviele “Levonorgestrel in cases of rape: How does it work?” confirman que el levonorgestrel puede tener efectos abortivos. (Fuente: US National Library of Medicine, National Institute of Health) (2)

Otro importante estudio al respecto es el elaborado por los médicos Alegre Del Río, Emilio J. Fénix Caballero, Silvia Díaz Navarro, Jorge Rodríguez y Martín Estaban titulado “Post Fertilization Effect of Postcoital Levonorgestrel”. (3) (Fuente: European Journal of Clinical Pharmacy)

En este particular estudio se comprobó que en la mitad de los casos en que se usó el levonorgestrel hubo fecundación. Esto significa que la concepción ocurrió. Que el espermatozoide se unió con el óvulo.

Sin embargo, por efecto de la “píldora del día después”, se le impidió al embrión continuar su normal proceso de crecimiento. Es decir, se acabó con la vida de alguien que no ha nacido.

Siendo que el levonorgestrel es una substancia que puede tener efectos después de la concepción (después que la vida ha comenzado), como así lo demuestra la evidencia científica, no se puede estar a favor de su uso y venta.

Desde luego, es irrelevante que ese efecto abortivo ocurra en el 50%, 35%, 5% o 1% de los casos.

Finalmente es necesario decir que no hay discusión alguna en que la vida del hombre empieza en el momento de la concepción. O sea, cuando el óvulo se une con el espermatozoide y suman de esta manera 46 cromosomas, que forman una huella genética completa y diferente a la huella genética de la madre y del padre.

El cigoto es el resultado de la unión de las células sexuales masculina (el espermatozoide) y femenina (el óvulo), a partir de la cual se desarrolla el blastocisto.

El blastocisto se transforma en feto. El feto será un bebé. El bebé se transformará en niño. El niño será adolescente. El adolescente será adulto. Y el adulto llegará a ser eventualmente un anciano.

Este desarrollo normal de todo ser humano no altera su esencia. Esa naturaleza sin la cual el hombre deja de ser lo que es. Esta esencia está presente desde su primera célula (el cigoto), hasta lo que será el último vestigio de su cuerpo al final de su vida.

No existe anciano, sin que antes haya existido un adulto. No existe un adulto, que no haya sido un adolescente. No hay adolescente, sin niño. No hay niño sin feto. No hay feto, sin embrión. No hay embrión sin blastocisto. Y no hay blastocisto sin cigoto.

Y si en esta primera célula del cuerpo humano no existiese la vida, le sería imposible a esa misma célula tener la capacidad de regular su propio desarrollo.

Desarrollo que si se deja transcurrir de manera natural, irá alcanzando cada una de las etapas normales del crecimiento de todo ser humano.

La vida humana se debe defender siempre. Pensar lo contrario sería creer que la vida de los demás nos pertenece.