El problema no son las convenciones colectivas, los monopolios sí.

José Joaquín FernándezJosé Joaquín Fernández

Por: José Joaquín Fernández. Miembro de la Mont Pelerin Society

El gasto público está asfixiando al país. Los altos costos de producción están estancando a Costa Rica. Muchos creen que el principal problema se encuentra en una planilla excesiva y en los altísimos salarios que paga el sector público. Sin embargo, el problema no son las convenciones colectivas, ni los “pluses” salariales, ni las bonificaciones que recibe el sector público. El problema son los monopolios y los mercados protegidos. El problema de fondo es que en este país es que muchos siguen creyendo, aceptando y respaldando la idea de que la función del Gobierno es proteger a los grupos de presión, sean sindicatos, burócratas, arroceros, empresas del sector público o taxistas. No tengo problema alguno que una empresa del sector público, (sea Recope, el ICE, Fanal o la Banca estatal) tenga una convención colectiva con la que se otorgue todo tipo de beneficios o privilegios, siempre y cuando las empresas públicas operen bajo la más dura e irrestricta libre competencia. ¡Ya quiero ver como las empresas públicas harían para mantener sus convenciones colectivas sin monopolios o leyes específicas que protejan sus mercados!

La gente olvida que cuando el Gobierno protege a un sector, inevitablemente debe castigar al pueblo y al consumidor. Siempre que un Gobierno proteja a un sector, sea cual sea (Sistema financiero, arroz, generación eléctrica, importación y distribución de hidrocarburos, etc), habrá injusticia, corrupción y abuso económico, sin importar el Gobierno de turno ni las leyes vigentes. Las consecuencias de esta práctica llamada mercantilismo son: precios más altos, menos inversión, menos empleo, menor innovación, menos productividad, salarios más bajos, mayor costo de vida, y peor distribución de la riqueza.

Si una empresa pública, como Recope, no lograra sobrevivir ante un eventual rompimiento de su monopolio, será porque su convención colectiva es producto de la explotación al consumidor. Solo bajo libre competencia los salarios crecen como consecuencia de la productividad. A estas alturas de la historia, es analfabetismo ignorar la supremacía que tienen los mercados libres y competitivos sobre los protegidos o los monopolios. Es cierto que los mercados libres deben tener reglas de juego claras y regulaciones para garantizar una sana competencia. Sin embargo, también es cierto que la gran mayoría de las regulaciones en la actualidad tienen por finalidad, no el mejorar un sistema de libre competencia sino en reducirla (como en el caso reciente de los aguacates).

En el sector productivo, se otorgan bonificaciones a los empleados cuando al negocio le va bien. Por su parte, las empresas públicas pueden estar técnicamente quebradas, como la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), y aun así siguen pagando beneficios. Esto solo es posible por la protección que tiene la CNFL frente a la libre competencia. La burocracia con sus mercados protegidos, no solo explota al consumidor, sino que también asfixia al sector productivo al elevar los costos de producción.

En el caso de otras convenciones colectivas en instituciones públicas, la pregunta es la existencia misma de la institución y no la convención colectiva. El Gobierno tiene un papel en el fomento de la seguridad civil (policía), tribunales de justicia, infraestructura, educación primaria (no universitaria) y salud. Pero no hay nada que justifique instituciones como Mideplan, Micitt, MEIC, MAG, CNP, Ministerio de Turismo, Ministerio de Descentralización y Desarrollo Local, Ministerio del Deporte, Comex, Mivah, IFAM, Infocoop, Japdeva, BCCR, Conavi, Inamu, Incop, IDA-INDER, etc.

Insisto, el problema no son las convenciones colectivas del sector público. Si abolimos todas las convenciones colectivas pero mantenemos los monopolios y mercados cautivos, pronto surgirá otra figura jurídica que las suplante. El problema de fondo son los monopolios y los mercados cautivos, tanto en el tema de hidrocarburos (Recope), como en la generación, distribución y comercialización de la electricidad (ICE), en el tema de la banca estatal, etc. Si deseamos salarios justos, crecientes y productivos, ¡es imperativo que abramos los mercados ya!


Publicado el 11/SEP/2015 en el diario La Prensa Libre (Costa Rica)